La diferencia entre 74 y 48 es
26.
El tarot es un instrumento de lectura del destino,
como lo son las estrellas: ambas dependen de la luz del astro mayor, el dios
Sol. Ambas brillan por la existencia del dios absoluto, del que otorga esa luz
que no produce sombra: la luz de la fe. Con el tarot no se juega.
El naipe español es un juego. Es un objeto profano
que divierte a los alcohólicos en las tabernas. Copas, bastos, monedas y
espadas forman una constelación opaca, que no brilla: falta el dios. Podemos,
sin embargo, leer esta constelación apagada: la leemos con la luz propia que es
la vida, la leemos en conjunto como amigos, la leemos ebrios y sin taberna.
Leer el futuro es el juego mediante el cual la comunidad se fortalece.
Según la cábala, el 26 es el número de Dios: 48
cartas tiene el naipe español, 74 el tarot. Sin dios.