sábado, 10 de enero de 2015

Ateología 26.


La diferencia entre 74 y 48 es 26.
                El tarot es un instrumento de lectura del destino, como lo son las estrellas: ambas dependen de la luz del astro mayor, el dios Sol. Ambas brillan por la existencia del dios absoluto, del que otorga esa luz que no produce sombra: la luz de la fe. Con el tarot no se juega.
                El naipe español es un juego. Es un objeto profano que divierte a los alcohólicos en las tabernas. Copas, bastos, monedas y espadas forman una constelación opaca, que no brilla: falta el dios. Podemos, sin embargo, leer esta constelación apagada: la leemos con la luz propia que es la vida, la leemos en conjunto como amigos, la leemos ebrios y sin taberna. Leer el futuro es el juego mediante el cual la comunidad se fortalece.
                Según la cábala, el 26 es el número de Dios: 48 cartas tiene el naipe español, 74 el tarot. Sin dios.